Mi Planta de Naranja-Lima - José Mauro de Vasconcelos (Reseña #8)

Me recomendaron este libro hasta el cansancio. Tanto que me decidí por leerlo de mala gana, solo para después decir: "No me gustó". Pero gran sorpresa fue la que me llevé.

Título: Mi Planta de Naranja-Lima

Autor: José Mauro de Vasconcelos

 

Editorial: El Ateneo

Año de publicación: 2003 Original: 1968

Formato: Tapa blanda

Páginas: 178

ISBN: 950-02-8533-9

Sinopsis: De mayor, Zezé quiere ser poeta y llevar corbata de lazo, pero de momento es un niño brasileño de cinco años que se abre a la vida. En su casa es un trasto que va de travesura en travesura, y no recibe más que reprimendas y tundas; en el colegio es un ángel con el corazón de oro y una imaginación desbordante que tiene encandilado a su maestra. Pero para un niño como él, inteligente y sensible, crecer en una familia pobre no siempre es fácil; cuando está triste, Zezé se refugia en su amigo Minguinho, un arbolito de naranja-lima, con quien comparte todos sus secretos; y en el portugués, dueño del coche más bonito del barrio.

O.O  Esa fue mi cara cuando lo acabé de leer. No podía creer que 178 páginas fueron suficientes para arrancarme una lágrima. Hablo en serio. La historia de Zezé, que empezó con algo tan simple como una conversación con su hermano mayor, Totoca; continuó con una historia muy triste, centrada en la pobreza existente en Brasil. 

Bien, a Zezé le consiguen un arbolito muy pequeño, que él llama Minguinho. El árbol será su compañero de pláticas, a quien le conversará sobre todo lo que le pasa.

A pesar de que Zezé es un chico muy travieso que tiene hartos tanto a los vecinos como a su propia familia; en su colegio, se comporta muy bien, recibiendo el apoyo incondicional de su profesora. Ella sabe que Zezé no es malo, solo juguetón.

La historia luego nos muestra al "Portugués", un hombre muy adinerado, con un hermoso carro. A nuestro amigo le gusta subirse al auto del señor, para poder sentir la velocidad. Hasta que un día, el Portugués se da cuenta, y lo regaña. Luego de varias palabras y algunos problemas, ambos se vuelven íntimos amigos, convirtiéndose Minguinho y el Portugués en la mejor compañía que un niño como Zezé puede desear.

Además, la subtrama de Zezé con su profesora, se extiende de una manera correcta y sin exageraciones del tipo: la profesora le da dinero a Zezé para que empiece su negocio propio; o que él y ella compran un billete de lotería, y ganan...

No. Todo en esta novela es muy realista. Quizá el único punto malo sea la narración un poco... carente de madurez. Claro, la forma de hablar de Zezé tiene que serlo, pero no la del resto de los personajes.

Aun así, creo que es una gran novela, que merece las numerosas recomendaciones que se dan sobre ella.

P.D.: Si la leen y son algo sensibles, llorarán. Se los aseguro.